Vendedores ambulantes de camisetas, gorras y chalinas; comideras y revendedores de entradas no han tenido una buena jornada en la previa del clásico 219 en la historia, que protagonizan este sábado 19 The Strongest y Bolívar en el estadio Hernando Siles de La Paz.
Debido al coronavirus que está empezando a reactivarse, las autoridades de Salud han permitido el ingreso de público solo en un 25% del aforo total del escenario, o sea algo más de 10.000 personas. A poco de arrancar el encuentro no había tantas.
A mediodía los revendedores de boletos ofrecían estos con un incremento de unos 15 o 20 bolivianos de su precio original. “Ya no hay entradas, le puedo pasar esta, págueme 15 más”, era la oferta.
A medida que se iba acercando la hora del encuentro las cosas habían cambiado: “Entradas para curvas al mismo precio”, gritaba un revendedor en la zona norte. No había logrado colocar las adquiridas al club organizador.
Peor fue después. Los precios según los sectores eran más bajos de los originales.
La situación fue difícil también en los puestos informales de venta de souvenirs de los dos grandes del fútbol boliviano. “La venta está mal, apenas he colocado unas tres camisetas, dos de The Strongest y una de Bolívar. Hay poca venta. Este año ha sido un desastre para nosotros”, se quejaba un comerciante en la avenida Carrasco, cerca de la recta de general.
Sobre todo en el sector norte se ubicaron las vendedoras de comida: sándwiches de chanco y anticuchos era lo que más se ofrecía. “Hay poca gente. No hay mucha confianza por esto de la enfermedad”.
Dentro del estadio no hay ningún puesto habilitado. Las autoridades prohibieron, además, el ingreso de bebidas y comida. “La gente no tiene que sacarse el barbijo para nada”, fue la recomendación del director del Servicio Departamental de Deportes (Sedede) de La Paz, Fernando Trino.