The Strongest puso una muralla para defenderse y salió vivo de su riesgosa visita a Wilstermann (0-0), un punto valiosísimo a favor, un resultado producto del muy sólido sistema defensivo atigrado y de mucha entrega individual, empezando por el golero Daniel Vaca, quien fue la figura.
El Tigre (35 puntos) no pudo conservar los cuatro enteros de ventaja sobre sus dos escoltas, Bolívar y Royal Pari (a 33), que ganaron y golearon en la jornada, pero una unidad no es mala a sabiendas de lo difícil que era obtenerla en territorio del campeón vigente y uno de los aspirantes a ganar de nuevo la corona.
Wilster hizo mucho por merecer el triunfo, volcó sus fortalezas al ataque, llegó a encerrar a su rival, a ponerlo contra las cuerdas, y por eso que lo de The Strongest es más meritorio aún, ya que pudo zafar de cada ataque o aguantar con una buena disposición y mucho sacrificio.
Qué terrible inicio
El aviador bombardeó desde un comienzo sobre todo a través de las incursiones de Serginho volcado a la izquierda. En varias acciones el brasileño fue una pesadilla. La zaga rechazó un disparo suyo a los 2 minutos, Vaca le tapó un mano a mano en otra acción que Gabriel Valverde terminó sacando de la línea, ayudó también la fortuna ante un cabezado de Ronny Montero al palo e incluso en un disparo de tiro libre de Cristian Chávez que pasó raspando el travesaño.
No había pasado ni cuarto de hora de juego y ya eran muchas las opciones generadas por Wilster. Es cierto, el gol se caía de maduro, pero no llegaba.
El cuadro valluno no se cansó de insistir y siempre estuvo a tiro de gol. Lo merecía, pero también se topó ya sea con Vaca o con sus compañeros, que se daban modos para llegar y ponerse delante de cada balón.
La sorpresa estuvo al borde del final de la primera etapa con un disparo de José Sagredo que casi pone al Tigre en ventaja, pero la pelota fue a dar al palo.
Más jerarquía atigrada
Con algunos cambios, como el ingreso de Raúl Castro, The Strongest volvió a la cancha y tuvo más la pelota, lo que hizo que el control de Wilster fuera menor. La consecuencia fue lógica: el aviador fue perdiendo poder en ofensiva.
Es más: el Tigre comenzó a tener llegadas como no le había ocurrido antes en el encuentro. Por ejemplo, del propio Castro, o de Marvin Bejarano. Las preocupaciones para el Rojo también pasaban por ser defensivas.
Hubo un lapso en el que los dos equipos decidieron soltarse, ir en busca de la victoria que estuvo cerca de nuevo con Serginho, pero otra vez Vaca se lo impidió.
A los 70 minutos pasó de todo en el área stronguista: cabezazos, disparos, rebotes, rechazos, pero la pelota no entró en el arco.
El tiempo se fue agotando. El árbitro dio 6 de adición. En el cuarto, el golero stronguista volvió a estar seguro. Y en la última jugada, The Strongest casi se saca la lotería en un tiro de esquina que Jair Reinoso cabeceó apenas desviado.
Fue empate. Tan malo para Wilster porque se va rezagando en la lucha por el título. Y tan bueno para el Tigre, porque lo mantiene solitario en la punta de la tabla, imbatible desde hace rato y candidato, hoy más que nunca, de primer orden para alzar la corona.
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