La figura del partido suele ser el hombre desequilibrante, el arquero que tapa todo, el zaguero que se convierte en una barrera infranqueable, el mediocampista guerrero o el delantero goleador, etcétera. Por lo general es uno de los 22 o más jugadores de un partido.
Es, en cambio, poco probable elogiar la actuación de un árbitro y de sus asistentes. Por ahí lo hacen bien, pero siempre pasan a segundo plano. En cambio, si lo hacen mal, son castigados hasta con saña.
Algo diferente ocurrió en el Nacional vs. Bolívar, partido en el que la figura fue el árbitro asistente Edwar Saavedra (en la foto, el primero de la izquierda). No es común anular tres goles por posición adelantada y estar siempre en lo correcto.
La primera jugada se dio temprano, Nacional hizo un tanto en una jugada viciada porque su jugador estaba apenas adelantado. El partido empezaba a calentarse.
Las otras dos fueron cuando el encuentro estaba hirviendo, un gol lo podía decidir. Saavedra estuvo firme ambas veces, a los 91 y 92 minutos, o sea en tiempo de adición, cuando Bolívar convirtió dos tantos. El asistente levantó su banderín y el árbitro Dylio Rodríguez invalidó correctamente. En el segundo, Marcos Riquelme esbozó un reclamo, sin razón.
Fueron acciones determinantes. Así como un jugador pudo hacer tres goles y ser la figura por ello, Edwar Saavedra tuvo su “triplete” sobresaliente en la Villa Imperial.
Foto: Marka Registrada