Fue el pionero del humor deportivo en el país, sus caricaturas con su personaje Quirito sacaron miles de sonrisas de los aficionados al deporte, sobre todo a los amantes del fútbol. Abraham Quiroz (Siglo XX, Potosí, 5 de diciembre de 1945) cumplió el sábado 75 años.
Una torta, regalo de su esposa María Teresa Cuéllar, con la imagen de Quirito y la inscripción “Feliz cumpleaños”, le dieron el toque especial a la celebración.
Es probable que las nuevas generaciones no lo conozcan. Su nombre se relaciona con el prestigioso Hoy Deportivo, un suplemento que marcó época en la historia del periodismo boliviano, y que tuvo como su director más destacado al periodista Miguel Velarde Tapia.
Quirito, el seudónimo de Quiroz, y su personaje “brillaron” entre las décadas de los años 70, 80 y 90, en medios como Hoy, Presencia y Viva, esté último un periódico dedicado exclusivamente al deporte que tuvo una corta vida en 1997, aunque en el poco tiempo que circuló se convirtió en un referente.
Los temas deportivos fueron su especialidad: fútbol, boxeo, atletismo y tantas otras disciplinas, pero aparte del humor también fue crítico, sin que le falte la chispa a la hora de abordar temas delicados.
Tanto fue su éxito que en los años 90 Quirito, el joven deportista, fue la inspiración para dos tesis de grado. De una no tiene muchos datos, pero de la segunda sabe que la hizo un estudiante de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana (UCB), Marco Mejía, quien actualmente es periodista deportivo.
¿Cómo nace el personaje Quirito?
En esa época, se refiere a las décadas de los 60 y 70, todos los humoristas, cita a Pepe Luque, Rulo Vali, entre otros, consideraban como pueblo a un indiecito con su lluchu; pero esa visión era muy occidental del país.
“En departamentos como Santa Cruz y Cochabamba, por ejemplo, no se utiliza el lluchu, entonces decidí crear un chico con una gorra y visera, con un pantalón corto y una polera verde, por la selección nacional. Un deportista”.
Al principio lo llamó Winchita, pero gracias a uno de sus amigos de juventud que era poeta luego le cambió a Quirito.
“Yo requería de un seudónimo, porque firmaba como Quiroz, entonces me sugirieron que necesitaba algo con más fuerza y que pegue”.
Le comentó eso al amigo que le buscó muchas variantes a su apellido. “Quiriguín, Quiriquiri y no sé qué otros nombres más me sugirió, y no le hallaba. Yo le decía que no importaba si era algo corto, pero que impacte. Entonces se le ocurrió Quirito y a mí me gustó”.
El poeta mató dos pájaros de un tiro, porque no solo encontró un seudónimo para el amigo, sino que halló un nombre para el personaje. “A partir de entonces fuimos dos Quiritos”, matiza.
Los inicios
Desde niño, afición que continuó en su juventud y después en toda su vida, “tenía cierta capacidad para dibujar, encontrarle chispa a todo”. Por eso es que “el humorista nace y no se hace”.
Esa capacidad empezó a plasmarse en los periódicos murales que hacía a partir de primero de secundaria. “Mis compañeros se compraban cartulina, le pegaban recortes de periódico y estaba listo. En cambio, yo lo hacía con textos y dibujos propios y alguna vez con un chistecito, me gustaba eso”.
Su primer trabajo se publicó en Cascabel, una revista de humor político, por una convocatoria de ese mismo medio, que pidió a los lectores que envíen sus trabajos; los ganadores, al margen de la publicación, se ganaban 10 dólares. “Me premiaron dos chistes, pero solo me pagaron de uno. Entonces el subdirector de la revista, Rulo Vali (Raúl Valdez), me dijo que tenía talento”.
Tras esa primera experiencia, durante un año trabajó en El Diario haciendo humor político.
El momento clave
Su éxito, sin embargo, llegó en Hoy, aunque tuvo que esperar unos años antes de que se le diera la oportunidad.
Hoy, además de ser el primero en tamaño tabloide, fue el primer periódico en Bolivia “que tuvo un suplemento especializado en deportes, porque los demás y como ocurría desde varios años antes, sus secciones de deportes estaban incluidas en su cuerpo principal y además en las últimas páginas”.
Cuenta que conoció a Velarde y le propuso la idea de incluir en las páginas humor deportivo, aunque la respuesta era que no había presupuesto.
Hasta antes de recibir el sí, en el mismo impreso, le ofrecieron hacer humor político y creó a Bebito Pañales, un bebé que no hablaba “pero pensaba y tenía libertad de pensamiento, eso les gusto y empecé a trabajar”.
A los días y gracias a Bebito Pañales se le abrieron las puertas de Hoy Deportivo. “Empecé a publicar a mediados de 1974, afortunadamente mis tiras cómicas se volvieron famosas y puedo decir que he sido parte de la historia de Hoy, gracias a don Miguel Velarde”.
Su esposa María Teresa quiso reconocer su pasión y su éxito y el año pasado, justamente por estas fechas, gracias al trabajo de una amiga le regaló un muñeco de Quirito, que adorna desde entonces su sala.
“Nunca me avisó de lo que hacía, hasta que un día llegó con un paquete y me entregó el muñeco, obviamente fue una linda sorpresa. También me regaló una taza, para tomar café, que cuando se le echa el agua caliente, aparece la imagen de Quirito”.
Otros medios
Junto con Velarde, Lorenzo Carri y otros destacados periodistas, continuaron su labor en el periódico católico Presencia, en el suplemento Presencia del Deporte, y también en el periódico deportivo Viva.
Sus publicaciones fueron frecuentes hasta el año 2.000 aproximadamente, entonces tuvo una vigencia de casi 30 años, y después empezó a dedicarse exclusivamente a su profesión de auditor financiero, que durante años realizaba paralelamente a su pasión por dibujar.
Entre 2014 y 2015, sin embargo, Quirito reapareció en la sección de deportes de Página Siete, aunque sin recibir ninguna remuneración y simplemente primaba el deseo de estar vigente.
Después de esa experiencia, los dos Quirito se retiraron de los impresos, sin descartar para un futuro no muy lejano una memoria que permita hacer un repaso de lo que fue y es su hobby: el humor deportivo.