La fama y todo lo que ha ganado en su carrera no le han cambiado a Marcelo Martins Moreno, quien sigue siendo la misma persona humilde a la que lo conmueve sobre todo la pobreza.
Hoy es el referente del fútbol boliviano. Es más: acaba de convertirse en el goleador histórico de la selección nacional, con 21 anotaciones. A nivel de clubes tiene muchas más, va camino a las 200.
“La vida de Marcelo se transformó de un día para el otro, pero él no cambió. Cada que puede vuelve a Guadalupe, el barrio cruceño que lo vio nacer futbolísticamente, y recorre sus calles, saluda a sus amigos y visita a la familia. Los Martins nos nos hemos movido de allí desde hace 15 años”, dice su padre Mauro.
El niño Marcelo
Martins padre recuerda los inicios de su hijo en el fútbol, cuando pintaba para lucir la camiseta número 10, generalmente reservada para los más talentosos y organizadores del juego. Así lo hacía en los partidos en la canchita de su barrio o en la de Infocal, donde tuvo sus primeros contactos con la pelota. Siempre se destacaba por su estatura y eran muchos los equipos que querían tenerlo.
Quizás pocos saben que sigue de cerca la carrera del astro portugués Cristiano Ronaldo y trata de imitar algunos de sus movimientos, y que cuando era adolescente expresaba su afición por el Liverpool de Inglaterra.
“Soñó siempre con llegar a la selección y ser su goleador. También expresaba sus deseos de jugar en el Liverpool, algo que no se pudo dar; en contrapartida, estuvo en otros clubes con los que ganó cosas importantes como la Copa de la UEFA con el Shakthar de Ucrania, donde también ganó títulos locales. Además, en Brasil fue bicampeón con el Cruzeiro”.
A los 13 años ya llegó a Oriente Petrolero, donde el técnico de las divisiones inferiores Juan Carlos Farah lo vio y le encontró otra posición, la de delantero de área.
“Yo hice mi parte, le enseñé a potenciar su perfil izquierdo, pues él era derecho, ensayamos mucho hasta que aprendió. También le ayudé a que controlara la pelota con el pecho, de espaldas a los defensores para girar y rematar, y a abrir los brazos, pues los tiene largos y son un arma que le ayuda cuando lo presionan”, agrega su padre.
De tal palo…
Mauro Martins es un exvolante brasileño que aterrizó en Santa Cruz el 31 de diciembre de 1977 para enrolarse al club La Bélgica, luego tuvo pasos por algunos clubes de la Asociación Cruceña de Fútbol (ACF).
No llegó a jugar en la Liga. Apela a su memoria e indica que estuvo cerca de enrolarse a Wilstermann en el tiempo en que se destacaban Raúl Eduardo Navarro, Víctor Eduardo Villalón y Miguel Ángel Bengolea, entre otros, pero por cuestiones de papeleo no pudo firmar su contrato.
De regreso a Santa Cruz conoció a Ruth Moreno Espinoza, con quien se casó y tuvieron siete hijos: Marlon, Denis, Gabriela, Marcelo, Jarme, Michel y Sarah.
Marcelo es el famoso de la familia.
21 goles tiene Moreno, es el máximo goleador histórico de la selección boliviana.
Su escuelita
En 2014, Martins hijo dio el visto bueno para que un grupo de personas ligadas al fútbol, encabezadas por su primo Roberto Espinoza, fundaran en Santa Cruz la escuela de fútbol Marcelo Martins Moreno, que compite en categorías menores de la asociación local.
Cuando su tiempo lo permite en sus visitas a la capital oriental, el atacante se da una vuelta por las canchas del centro de formación y comparte unos minutos con los chicos.
“La riqueza de una persona no se mide por los bienes materiales que tiene, sino por su interior y mi hijo es así, solidario con la gente, sobre todo con aquella que más lo necesita”.
Su labor social procura no publicitarla, prefiere hacerlo en privado con el apoyo de su familia, en lo posible lejos de las cámaras y los flashes.
Hace unos meses, durante la etapa dura de la pandemia del coronavirus, la estrella de la Verde y del Cruzeiro de Brasil donó 100.000 dólares en alimentos a personas de barrios y poblaciones de escasos recursos de Santa Cruz, La Paz y Cochabamba.
El astro envió el dinero para que sus hermanos y amigos más cercanos fueran los encargados de entregar las bolsas familiares que contenían productos de primera necesidad a una gran cantidad de familias. “Al menos durante una semana ellos tendrán qué comer”, decía.
Antes donó 20.000 dólares para paliar el sufrimiento por los incendios que afectaron la Chiquitania.
Su padre dice que Marcelo se conmueve mucho al ver a personas que no tienen qué comer, entonces les compra alimentos. A niños futbolistas les regala balones y botines y permite que su sueño de triunfar como él lo hizo no se apague.
Su trayectoria
Después de completar su formación en Oriente Petrolero dio el salto al primer plantel y debutó antes de cumplir los 16 años.
Su padre lo llevó al Vitoria de Brasil, donde estuvo entre 2005 y 2006. Por sus actuaciones despertó el interés de los grandes de Brasil, entonces el Cruzeiro se anticipó a todos y se lo llevó en 2008, año en el que con el paraguayo Salvador Cabañas igualaron en el primer lugar de goleadores de la Copa Libertadores de América, cada uno con 8 tantos.
Su paso por Brasil también dejó otros registros: es uno de los cinco extranjeros que lució la camiseta de ese país en las categorías Sub-17 y Sub-20 en torneos amistosos internacionales.
Luego su carrera continuó en Europa con el Shakthar Donetsk de Ucrania (dos ciclos), Werder Bremen de Alemania, Wigan de Inglaterra; volvió a Brasil en 2012 para jugar en Gremio, siguió en Flamengo y regresó a Cruzeiro para su segundo ciclo.
Se marchó a China en 2014, cuando el Changchun Yatai le abrió las puertas, continuó en Wuhan Zall y Shijiazhuang Ever Bright.
Este año comenzó su tercer ciclo en Cruzeiro, club para el que ha convertido 48 goles en tres periodos, a dos de alcanzar a Georgian De Arrascaeta, el máximo goleador extranjero en la historia del club, con 50.
Fuera del fútbol es un empresario de bienes raíces. En 2014, junto con su hermano Marlon comenzó el emprendimiento con la construcción del Condomino Pratta, cuya característica es dar prioridad a gente de recursos económicos menores y que puedan acceder a un departamento propio.
Sueño cumplido
Lloró el día que anotó su gol número 21 para la selección boliviana, que lo convirtió en el goleador histórico de la Verde, por delante de los 20 de Joaquín Botero.
Dijo que había soñado con jugar en la selección y que es un orgullo ser un referente. “Hacer goles en la selección boliviana no es fácil por tantas dificultades que uno tiene. Agradezco a mis compañeros de todas las convocatorias, sin ellos no lo hubiera conseguido. Cada uno que me dio un pase o una asistencia para hacer un gol que se sienta honrado en este momento, porque es único y maravilloso para mí por ser el mayor referente de mi selección. Es un orgullo”.
Marcelo Martins Moreno nació en Santa Cruz, el 18 de junio de 1987. Su padre brasileño es Mauro, su madre boliviana, Ruth. Tiene seis hermanos: Marlon, Denis, Gabriela, Jarme, Michel y Sarah.
Llegó a Oriente Petrolero a los 13 años. A los 16 debutó en Primera División. Después se fue a Brasil, donde comenzó su carrera internacional. Hoy juega en el Cruzeiro.
Martins llegó a 17 goles en eliminatorias e igualó a Arturo Vidal, Edinson Cavani e Iván Zamorano como los quintos máximos goleadores del certamen.