Murió el sacerdote jesuita Eduardo Pérez Iribarne. El notable periodista y comunicador fue por muchos años el impulsor y padre del ciclismo en Bolivia. Con su apoyo fueron creadas y crecieron hasta destacar dos competencias que llegaron a tener trascendencia internacional: la Doble Copacabana y la Vuelta a Bolivia.
Pérez Iribarne, español naturalizado boliviano, falleció este lunes a los 80 años de edad en La Paz. Hace unos años ya se había retirado de su rol de comunicador que ejerció en el Grupo Fides. Fue un apasionado por el ciclismo, disciplina a la que le dio vida en el país.
“El ciclismo es el pueblo mismo”, era su frase preferida cuando se refería al deporte.
La Doble y la Vuelta
La Doble Copacabana fue corrida por primera vez en 1994. La idea para ponerla en marcha fue del periodista de Fides Rodolfo Galvez. No hubiera crecido de no haber sido por el impulso que le dio el sacerdote.
“Fue él quien la inventó en contra de mi voluntad. En 1994 se empecinó en hacerla, y no estaba ni siquiera asfaltada la carretera, que era el principal motivo para mi negativa. Él lo hizo y yo no apoyé en un principio”, reconoció una vez Eduardo Pérez.
Ese año y en 1996 la carrera fue a nivel nacional. En 1995 no hubo edición por falta de apoyo. El gran salto lo dio a partir de 1997, cuando se convirtió en internacional.
Pérez Iribarne se había propuesto hacerla grande, como la Vuelta a Colombia de ciclismo. Sus primeros invitados fueron, precisamente, ciclistas colombianos, dominadores por al menos 10 ediciones seguidas.
Un formador de ciclistas
Mientras transcurría el tiempo, el padre Pérez estaba empeñado en que ciclistas bolivianos se preparen para hacer frente a los visitantes. Gracias a ese impulso apareció Óscar Soliz, fue el más destacado de todos.
También Juan Cotumba creció con las carreras impulsadas por el cura Pérez. Y muchas empresas privadas decidieron apoyar a los deportistas, conformando equipos de primera línea.
En noviembre de 2006, el Grupo Fides anunció que al año siguiente (2007) se correría por última vez la Doble Copacabana. La despedida era para dar luz verde a la Vuelta a Bolivia, reconocida por la Unión Ciclística Internacional (UCI). El sueño de Eduardo Pérez se había hecho realidad.
Soliz fue campeón de la última Doble Copacabana e inició una carrera a nivel profesional vinculado a equipos de Colombia.
“Hemos estado esperando 13 años para tener un campeón. No es fácil construir un triunfador. En 13 años hemos tenido conmociones cerebrales, cirugías; hemos tenido intervenciones quirúrgicas, porque el ciclismo es un deporte de riesgo; pero también hemos tenido muchas alegrías. La Doble Copacabana termina su ciclo, porque todo en la vida termina, y qué mejor que hacerlo con Óscar Soliz como campeón”, cerraba ese ciclo Pérez Iribarne.
Siempre con el pueblo
En 2008 nació la Vuelta a Bolivia. Nadie olvida que con las carreras del Grupo Fides las calles y avenidas en diferentes ciudades del país se convertían en interminables “túneles humanos” por la gran presencia de espectadores que iban a ver pasar a los ciclistas.
La última edición de la Vuelta a Bolivia fue corrida en 2013. Al hacer el anuncio, Pérez Iribarne dijo que primero se lo comunicaba a la población antes que a la UCI. “Primero es el pueblo”, dijo, y recordó la frase que él había inventado en las carreras: “porque el ciclismo es el pueblo mismo”.
El antiguo presidente de la Asociación de Ciclismo de La Paz y de la Federación Boliviana de Ciclismo, Alberto Rivera, fue el primero en publicar sus condolencias en las redes sociales.
“Descansa en paz Padre Eduardo Pérez, los Ciclistas nunca olvidaremos tu trabajo en beneficio nuestro, has engrandecido nuestro noble deporte, la Virgencita de Copacabana ya te acogió”.