El Mundial estaba cada vez más cerca. El 5 de junio de 1994, la selección nacional se completaba, según los diarios de la época, con la esperada llegada de Marco Antonio Etcheverry.
“El Diablo está entre nosotros”, era el título de Presencia Deportiva. El “10” había llegado al país procedente de Chile, donde jugaba para Colo Colo, aunque la incertidumbre continuaba sobre si iba o no a poder jugar algún partido después de haber estado varios meses parado por una grave lesión de ligamento.
La Razón también hacía eco de la incorporación del astro a la concentración del grupo en Santa Cruz con el titular “El Diablo completó la corte”.
Y por supuesto la palabra de Etcheverry no podía faltar: “Lo único que sé es que mi retorno está muy cerca”, decía.
Ya solo quedaban 12 días para el inicio de la Copa del Mundo de Estados Unidos 94 y del partido inaugural (17 de junio) entre la vigente campeona Alemania y Bolivia, que había sido la revelación en las eliminatorias sudamericanas en 1993 y todo el mundo hablaba de su presencia en la cita mayor de la FIFA.
Presencia Deportiva también ofrecía ese 5 de junio todas las listas de las selecciones participantes: “528 jugadores con sus datos, números y sus clubes”.
Además, los medios informaban que la presencia de Erwin Sánchez, desde el día anterior, había generado gran expectativa en la afición, por ello, unas 4.000 personas se volcaron al estadio Tahuichi para ver el entrenamiento de Platiní y compañía.
De paso, el futuro de Sánchez iba a continuar, luego del Mundial, ligado a Portugal. El titular rezaba: “Boavista renovó el contrato al boliviano Erwin Sánchez”.