Los jugadores de The Strongest “no se están dando cuenta de la situación”, dice una voz desde el directorio, expresando la molestia que hay por el paro del primer plantel, que este sábado cumplió su segundo día por diferencias en cuanto al salario de septiembre.
El fútbol boliviano “es el único en Sudamérica que todavía no ha reanudado sus actividades” y los clubes no tienen ingresos de ningún tipo.
En el caso del Tigre “se debe solamente septiembre, los sueldos no están retrasados a diferencia de lo que ocurre en otras instituciones, no es justo que los jugadores asuman esa posición”.
Antes de llegar al rompimiento, el club propuso cancelar el 60%, pero la postura del plantel fue cobrar el 80%. Posteriormente la dirigencia subió a 65% y los futbolistas pidieron el 70%: “esa diferencia es el punto de desacuerdo”.
El directorio no piensa dar brazo a torcer e invita a los jugadores a “reflexionar, analizar la situación y definir lo que quieren hacer, porque el daño no es para nosotros sino para ellos mismos”.
Sin practicar
Como ocurrió el viernes, los jugadores estuvieron presentes en el predio del club, en Achumani, sin embargo, no entrenaron.
Hubo una instrucción para que se les entregue la ropa de trabajo, se cambiaron; pero no salieron a la cancha.
Varios minutos después volvieron a cambiarse y abandonaron el Complejo.
Para este domingo estaba previsto jugar un partido de preparación con Fatic, campeón de la Asociación de Fútbol de La Paz (AFLP), en el estadio Rafael Mendoza de Achumani, pero por la coyuntura fue suspendido. El reencuentro entre jugadores y cuerpo técnico se producirá el lunes.