The Strongest venció a Tomayapo por 2 a 1, aunque la victoria no impidió el enojo de los aficionados atigrados en el estadio Hernando Siles, que a ratos no solo reprobaron el juego del equipo atigrado sino que incluso lanzaron insultos contra el técnico Pablo Lavallén.
El DT tomó con calma la situación y lo expresó en la conferencia de prensa posterior al juego: “Presión es sinónimo de fútbol, vengo de un país en el que, cuando te insultan, son 80 mil los que te insultan y uno ya se acostumbra; lo que pasa es que aquí, con mucha menos gente en las tribunas, se escucha más claramente”, dijo.
“Si no estuviese acostumbrando a que me insulten me quedaría en mi casa a jugar play station”, matizó.
También anotó que “la gente tiene derecho de opinar sobre lo que está viendo, nosotros estamos luchando para que el Tigre gane el campeonato, el resultado del otro día (goleada sufrida ante San Antonio) quizás puede haber predispuesto a algunos a no tener tanta paciencia. La gente entiendo que viene a alentar al equipo y cuando las cosas no salen se molesta, es que estamos condicionados al resultado”, dijo, en alusión a la victoria apretada sobre Tomayapo (2-1).
El tiempo de juego “es una vergüenza”
Sobre el partido explicó que la postura de Tomayapo, de jugar a defenderse, influyó en el rendimiento.
“Hoy teníamos que ganar, nos costó mucho abrir el resultado, se ganó y era los que necesitábamos”, dijo.
En el fútbol moderno, agregó, hay equipos que vienen a plantarse con diez en su campo y, entonces, es difícil para todos, se necesita precisión, movilidad, el hecho de la altura hace que la justeza a la hora de dar un pase hace que la pelota viaje muy rápido.
Entonces volvió sobre algo que ya había hablado en otro partido, la pérdida de tiempo en la que incurren los visitantes.
“Se pierde muchísimo tiempo, nos tenemos que acostumbrar, cuando eres un equipo grande hay que luchar contra todo y contra todos. No jugamos más de 25 minutos por tiempo o 20 minutos. Es una vergüenza, la gente no paga para ver a jugadores tirados, a que entre la camilla, a ver que un jugador se tira al piso”.
Por ello, “si fuera espectador me sentiría estafado, porque si pago un boleto y se juegan 30 minutos, 35 minutos de 90… pero bueno, si nadie dice nada, yo no tengo problema, nuestro trabajo es tratar de ganar el partido, se ganó y listo, seguimos adelante”, concluyó.