Bolívar goleó a Cerro Porteño (0-4) en La Olla (así le llaman al estadio) de Asunción y no hubo ni un jugador de la Academia que desentonara en el alto rendimiento desplegado, todos estuvieron muy bien. La figura, por tanto, fue el equipo.
El trío defensivo rindió en los momentos iniciales en que Cerro comenzó a presionar: Ferreyra, Bentaberry y José Sagredo estuvieron muy firmes.
Las subidas de los laterales Diego Bejarano y Roberto Carlos Fernández fueron fundamentales para desequilibrar en ataque. En especial por la derecha. Los dos tuvieron un esfuerzo físico encomiable.
Bejarano lanzó el centro envenenado que acabó en el gol en contra convertido por Piris Da Mota y después definió bien ante el golero para el tercer tanto celeste luego de un gran pase de Patricio Rodríguez.
Lástima por Fernández, quien no pudo terminar el juego, expulsado con roja directa a los 84’.
En el medio, los tres volantes que puso Beñat San José se adueñaron del medio sector: Gabriel Villamil con un gran despliegue físico más el gol de la apertura con impecable derechazo, entre otras acciones; Fernando Saucedo siendo un contenedor imponente e incansable; y Carlos Melgar, un mixto que hizo de todo. En él comenzó el cuarto tanto, el más bonito de todos.
Patricio Rodríguez por fin volvió a su alto nivel de otros momentos. Después de una lesión le había costado. En Asunción fue completamente desequilibrante. Para destacar su magnífico pase para Bejarano, lo esperó y le dio un balón perfecto y con sutileza. Después hizo el cuarto con buena definición.
No estuvo Ronnie Fernández, por lesión. ¿Se lo extrañó? No. Carmelo Algarañaz cumplió un muy buen papel en ataque. Tremendo fue su movimiento para dejar pasar la pelota y habilitar al Pato para el 0-4.
En el segundo tiempo, cuando Bolívar decidió cuidar el resultado, también emergió la buena tarea de Carlos Lampe. Con unas tres grandes atajadas, cuando menos, mantuvo su arco en cero.
Beñat fue haciendo cambios y ninguno le falló. El resultado ayudó. A los 50 minutos ya todo estaba definido. Lo demás, fue tranquilidad.