Bolívar cumplió con lo previsible, le ganó con facilidad al “benjamín” pandino Vaca Diez por 3 a 0, una goleada que pudo ser mayor y lograda sin esforzarse, este domingo en el estadio Hernando Siles por la jornada 8 del torneo “todos contra todos” de la División Profesional.
Las grandes distancias futbolísticas entre uno y otro equipo fueron evidentes, la Academia con una alineación diferente a la que puso a mitad de semana en Copa Libertadores de América ante el Palmeiras, aunque igual fuerte frente a lo que podía ofrecer su rival pandino.
Las veces que quiso, Bolívar presionó para buscar el gol, en otras bajó el ritmo y dio descanso al abrumado Vaca Diez, que en todo el partido no tuvo ningún arma como para hacer peligrar el arco contrario.
El equipo celeste llegó a 18 puntos para seguir pisándole los talones al líder The Strongest (19).
Desde temprano
Ronnie Fernández hizo el primer gol de su doblete a los 8 minutos, acomodando la pelota con suavidad y precisión luego de un gran pase de Leonel Justiniano.
En ese primer periodo Bolívar pudo hacer un par de tantos más, cuando menos, de no haber sido por las buenas intervenciones del golero Israel Peña.
El arquero de Vaca Diez atajó bien ante definiciones de Ramiro Vaca un par de veces y de Fernández.
El pandino apenas pasó la mitad de la cancha un par de veces, una con un tiro libre mal ejecutado.
Los goles de la diferencia
El segundo tanto fue del brasileño Gabriel Poveda, quien estaba afanado en buscar el arco pandino desde mucho antes, pero no se le abría.
Por fin llegó a los 58 minutos, una definición por entre las piernas de Peña, luego de una buena habilitación por la derecha de Melgar.
Bolívar no sufrió en ningún momento y como dominaba buscó hacer más tantos. El tercero fue convertido a los 73’, pero en realidad fue otorgado a los 76’, una vez que el VAR dictaminó que no hubo posición adelantada entre la llegada por la izquierda de Patricio Rodríguez y la definición de Fernández para su doblete.
Una fuerte granizada en Miraflores puso a maltraer a los jugadores de ambos equipos, que siguieron jugando, y también resbalando, hasta el pitazo final.