Filetto di Surubi, un filete de surubí de unos 150 gramos, acompañado de queso, una salsa, puré de papa, arroz y ensalada, es el plato gourmet que prepara la tenista boliviana Noelia Zeballos, un emprendimiento para recaudar fondos que le sirvan para continuar sus entrenamientos.
“Emprendí un negocio de comida solo los domingos. Es un plato tipo gourmet, que es del pescado surubí”, explica a PREMIUM Noelia.
Como mínimo un tenista profesional necesita unos 70.000 dólares al año para entrenar y competir.
Sin embargo, ante la ausencia de torneos por la COVID-19 los deportistas, y en especial los bolivianos, han optado por buscar alternativas para generar ingresos y de esa manera seguir con su preparación.
“La plata no te dura para siempre, hay que buscar cómo solventar y yo no puedo seguir jugando al tenis sin dinero, necesito para un entrenador físico, para mis suplementos, ese tipo de cosas”, detalla la medallista de plata en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
Ideas de negocio
A partir de ahí la única tenista femenina profesional del país pensó en posibles emprendimientos para generar recursos.
“Había sugerido (a su familia) anteriormente ropa para perritos, porque tenemos la maquinaria. También habíamos pensado en qué tipo de comida hacer, algo diferente. Lo que todo el mundo vende los fines de semana es keperí, sopa de maní, chicharrón de chancho, charque, esos platos siempre están y son muy comunes”.
Fue entonces que se le ocurrió trabajar en un plato de surubí, ya que su padre Freddy —quien también es su entrenador de tenis—, casi todos los domingos compra el pescado para la familia.
“Traía filetes de surubí del Mercado Florida, los cocinaba acá. Hizo varios inventos, unos a la plancha, otros rebosados, entonces empecé a ver que ese plato es diferente, y entre mi papá y yo estamos cocinando. Yo le dije: ‘creo que este plato va a tener más éxito incluso que un chicharrón, al que la gente está acostumbrada’”.
Nombre y preparación
Con la decisión tomada le dio un nombre italiano a su negocio: Filetto di Surubi.
“Preparamos un filete de 150 gramos a la plancha, lo hacemos parecido a la milanesa de cubierto y encima se le pone queso, ya sea criollo, mozzarella o cheddar, porque con los tres queda bastante bien, y cada fin de semana lo hacemos con uno diferente; también se le pone una salsa, va acompañado con puré de papa, y le coloco algo de arroz y ensalada, que lleva tomate, cebolla y maíz”, detalla Noelia, todo bajo estrictas medidas de bioseguridad.
‘Me dijeron que estoy cobrando demasiado barato para lo que es el plato en cuanto a comida y presentación’,
La presentación del plato también es importante y por ello compró unos envases biodegradables que hacen que se vea “elegante”.
“El precio es de 25 bolivianos y lo estoy dando dentro del cuarto anillo, por 10 bolivianos yo llevo el pedido, pero cuando es fuera de ese rango ya se calcula a cuánto sale el delivery”.
Buena acogida
Hace dos semanas comenzó con esta iniciativa y de entrada tuvo un buen recibimiento por parte de la gente. El promedio de platos que entrega los domingos es de 20.
“Los comentarios que tuve de la mayoría de la gente que recibió su pedido fueron de que les encantó, incluso algunas amistades me dijeron que estoy cobrando demasiado barato para lo que es el plato en cuanto a comida y presentación. Si se hace grande y conocido obviamente veremos si subimos el precio porque es un plato de 30 o 35 bolivianos, pero siempre se empieza de a poco”, asegura.
Sin torneos
Noelia Zeballos regresó a los entrenamientos en cancha hace un par de meses y apunta a recuperar el estado físico que tenía antes de la pandemia de la COVID-19, pero le preocupa mucho que no haya torneos femeninos en América.
“El primer mes empecé de a poco, con media hora o una hora de entrenamiento al día porque de estar parado cinco meses no puedes regresar de golpe. La parte física la tenía bajísima, estoy tratando de recuperar de a poco y estoy viendo de ir a un gimnasio”, explica Noelia, que al igual que muchos deportistas del país durante la cuarentena se entrenó en su domicilio.
“No estoy cerca de tener una buena preparación física, en lo tenístico estoy bastante bien, pero físico es lo que me falta, así que tengo que empezar ya nomás a hacer eso. Estimo que en un mes y medio estaré bastante cerca de lo que estaba”.
El entrenamiento que lleva adelante en el Club Polanco lo hace también junto con su hermano mayor Federico Zeballos y con Alejandro Mendoza.
“Estoy entrenando con ellos y con un par de tenistas jóvenes igual. También estoy con mi padre, así que con todo esto espero ponerme muy bien”, señala.
Campeonatos
Debido a la pandemia no existen torneos femeninos programados en América, solo hay en Europa y África, pero para ello necesita sacar su VISA, lo cual está complicado en la actualidad.
“En América no hay torneos femeninos, solo en Europa y África, pero me dijeron que con pasaporte boliviano necesito VISA para casi todos los lugares. Los vuelos comerciales no se están haciendo y por ello no están dejando entrar a turistas, solo a gente residente, en ese caso necesitaría VISA de trabajo de deportista, pero lo veo imposible porque lo estaría consiguiendo de acá a seis meses”, señala.