La FIFA estrenó en el partido entre Catar y Ecuador (0-2), inaugural del Mundial 2022, el programa de tecnología semiautomatizada basado en 12 cámaras instaladas bajo la cubierta de los estadios, que permiten captar los movimientos del balón y hasta 29 puntos de datos de cada jugador, 50 veces por segundo, para calcular sus posiciones exactas sobre el terreno de juego.
Los 29 grupos de datos recopilados de cada futbolista incluyen las extremidades y partes del cuerpo que se tienen en cuenta para señalar si una posición se encuentra o no habilitada por reglamento.
Además, la pelota oficial Al Rihla de Adidas incluye en su interior una unidad de medición inercial (IMU), decisiva para la detección de los fuera de juego. Este sensor, situado en el centro del balón, envía un paquete de datos 500 veces por segundo a la sala de video, lo que brinda extrema precisión sobre el momento exacto en el que se impacta el balón, criterio fundamental para determinar una posición adelantada.
Con el cruce de datos recabados por los dispositivos y la inteligencia artificial, la nueva tecnología envía un aviso inmediato a la cabina de videoarbitraje cada vez que un jugador situado en posición prohibida recibe la pelota por parte de un compañero de equipo.
El equipo de la sala VAR comprueba la información recibida por el sistema y luego da aviso al árbitro principal mediante los intercomunicadores para que se ejecute la decisión.
Este gran paso de la tecnología fue estrenado a los 3 minutos de iniciado el Mundial. El delantero Enner Valencia festejó un gol, pero el árbitro italiano Daniele Orsato recibió el aviso de sus asistentes para invalidar la acción.