La selección nacional Sub-17 cerró el miércoles una gira internacional que incluyó la disputa de cinco partidos amistosos en Buenos Aires, dentro de su preparación para afrontar el próximo año el Sudamericano de la categoría.
La Verde, que jugó ante equipos juveniles de clubes y frente a la Sub-17 de Argentina, experimentó todos los resultados en esta visita: ganó, empató y perdió; sin embargo, más allá de cómo terminaron los encuentros, realmente lo que importa es el trabajo, la competencia y la preparación de los jugadores para afrontar la competencia oficial, según el seleccionador nacional de menores Pablo Daniel Escobar.
Escobar habló con PREMIUM e hizo un balance del trabajo que está cumpliendo al frente de las selecciones juveniles, desde que fue ratificado para el proceso en abril pasado.
Fue claro al afirmar que aparte de encarar los aspectos netamente futbolísticos, junto con con su equipo de colaboradores también inculcan otros valores para una mejor formación integrar de los chicos.
¿Cuál es el balance que haces de estas presentaciones en Argentina con el plantel Sub-17?
Todo es positivo a partir de que los chicos no tienen roce internacional, algo que han comenzado a tomar estos cuatro o cinco partidos seguidos.
Argentina, para mí, tiene una competencia fuerte en divisiones formativas en el continente, cada equipo tiene sus características y jugar ante ellos es crecimiento puro. Los resultados tienen que ser producto de esa competencia y crearles a los chicos esos hábitos de tener partidos fuertes y duros cada semana, entonces prepararlos para ello.
Hay que cuidarse en todo: la alimentación, cumplir las rutinas de gimnasio y hacerlo de buena manera, todo es mucho crecimiento para ellos y cuando vuelvan a sus clubes seguirán trabajando de esa forma; entonces, cuando regresen a la selección continuarán con esa preparación.
¿Qué viene para el fin de año con los jóvenes?
No podemos parar. La siguiente semana trabajaremos con la Sub-20, estamos contra el tiempo porque se viene el Sudamericano (del 19 de enero al 12 de febrero de 2023 en Colombia). No los hemos podido juntar porque estaban en sus equipos o en partidos decisivos del torneo de reserva, y los que están afuera no pudieron llegar.La idea es comenzar con la Sub-20 el 14 de noviembre o a más tardar el 21. La Sub 17 volverá al trabajo en la primera semana de diciembre.
¿Habrá partidos para ellos?
Estamos cerrando amistosos, existe la posibilidad de que nos visite Venezuela con sus equipos Sub 20 y Sub 17. Está confirmado un partido de la Sub-20 contra Perú en diciembre.
No se puede parar el trabajo, puede ser que haya una semana de descanso, pero haremos seguimiento y acompañamiento a la labor en sus clubes.
Nosotros seguiremos en la búsqueda de valores y talentos, aunque no tener competencia interna nos pasa factura, por eso repito que estas giras son de mucho crecimiento.
El estar a cargo de jugadores jóvenes implica también ir más allá de la preparación estrictamente relacionado con lo fubolístico, ¿lo toman también así en la selección?
Nosotros estamos a cargo desde la Sub-15, la Sub-17 y la Sub-20, en cada una mostramos las normas que tenemos en la selección.
Se trata de la camiseta más importante que tenemos en el país y eso significa también una gran responsabilidad, todos la queremos vestir, pero uno tiene que comportarse como jugador de la selección las 24 horas y no solamente en los entrenamientos y partidos.
Queremos que los jugadores sepan que proponemos un trabajo integral, no buscamos que solo disputen la pelota en la cancha, sino que el jugador sea ordenado, puntual, correcto, que pelee y dispute la pelota con todo, pero también debe saber que el ser humano no termina en eso, están en proceso de formación deportiva y de vida.
El deporte nos permite sacarlos de vicios e intentamos acompañarlos, tenemos un área de psicología, otra nutricional y desarrollamos varias actividades para crecer en cada sentido.
¿Algo de eso se vio en Argentina, donde dejaban, por ejemplo, los vestuarios limpios después de sus partidos?
Ellos saben que debemos dejar el lugar como cuando lo recibimos, hay que ser agradecidos, son pequeñas cosas que van sumando y se hacen costumbre. Eso queremos siempre, les hablamos que, por donde pase la selección boliviana, se tiene que decir que sus integrantes son personas correctas que se comportan bien y que entre ellos mismos se ayuden. Los que regresan a los miniciclos saben que las normas son de ellos y eso también es darle un sentido de pertenencia.
¿Cómo han recibido los chicos estos mensajes?
Muy bien, además la Sub-17 empieza un cambio en sus integrantes porque pasan de ser un jugador de escuela a ser de equipo de hombres formados, a tener roce más fuerte, es una etapa que hay que cuidar.
El sueño de ser jugador de fútbol conlleva muchas cosas, si es que uno quiere eso debe ser constante, no es solo patear la pelota, la formación es integral.
Creemos que el trabajo siempre le gana al talento si es que el talento no trabaja, ese es uno de los lemas que tenemos aquí. El hombre que trabaja de manera honesta terminará ganando al talentoso si es que él no trabaja.
¿Qué pudiste hablar con tus colegas técnicos de los rivales con los que la Sub-17 jugó en Argentina?
Fue una buena experiencia porque vas confirmando que haces buenas cosas o conceptos que se vienen implementando en el futbol y en la formación.
Nos ayuda esa vasta experiencia. Hugo Tocalli, técnico especialista en formación de jugadores, nos brinda mucha información y lo escuchamos.
También estuvimos con Diego Placente y Enrique Cessana, que forman parte del cuerpo técnico de las divisiones menores de Argentina, y nos sirve mucho los intercambios de ideas.
Vimos mucha infraestructura y esa es una gran ventaja para ellos. Nos llevamos muchas cosas para el futuro y las vamos a solicitar, queremos seguir creciendo, pero (en Bolivia) falta infraestructura para poder desarrollar nuestro fútbol.
¿Hay diferencias entre los chicos que llegaron del exterior y los que están en el país?
Tienen la ventaja de la competencia que da muchas cosas, eso te obliga a prepararte mejor. Si compites en un contexto nada exigente los jugadores se acomodan, pero cuando toca a nivel internacional es distinto porque los rivales compiten en otra forma. Las diferencias no son técnicas, ni siquiera tácticas, esa exigencia los hace mejorar. Además, los jóvenes en Bolivia no juegan en campos buenos y eso detiene mucho su crecimiento.