Independiente de Sucre obtuvo su tercer triunfo en el torneo Clausura de la División Profesional y, al mismo tiempo, ahondó la crisis deportiva de Wilstermann con una goleada por 4 a 1, este sábado en el estadio Patria por la octava jornada del torneo Clausura de la División Profesional.
El aviador sumó su tercera derrota consecutiva después de las dos anteriores ante Real Tomayapo (0-2) en Cochabamba y The Strongest (2-0) en La Paz.
Esas caídas habían ocasionado la decisión de la directiva, de rescindir contrato con el director técnico Álvaro Peña, y en su lugar puso a Álex Silva, quien era el director deportivo, pero el remedio fue peor que la enfermedad.
Independiente llegó a 10 puntos para ocupar provisionalmente la octava posición, a la espera de que se complete la jornada.
Wilstermann, con la misma cantidad de unidades, bajó a la undécima casilla por su gol diferencia en contra.
Un Wilster distraído
En la primera parte, el Rojo pagó caro la falta de concentración de su última línea y encajó dos de los goles.
Una dormida defensa fue bien aprovechada por el delantero paraguayo de “Inde” Robin Ramírez.
A los 5 minutos bloqueó un pase hacia atrás de Rony Montero, entonces encaró solo y con tiro bajo de derecha superó a Arnaldo Giménez.
Luego, a los 34, otra falta de atención compartida entre Edemir Rodríguez y Montero, le sirvió a Ramírez para definir y poner el 2 a 0.
Independiente fue superior de la mano de Thomaz Santos y ya en la primera parte pudo haber liquidado a su adversario, pero le faltó definición.
El resto
Wilstermann mejoró su producción en el segundo tiempo tratando de reducir la diferencia, por ello en los primeros minutos tuvo un par de aproximaciones que exigieron al arquero Germán Arauz.
Pero cuando más intentaba recibió un nuevo golpe mediante un cabezazo de Emerson Velásquez a los 57 minutos (3-0).
Un gol en contra de Tobías Moriceau a los 67 achicó el score (3-1), pero parecía que, como estaba dado el juego, ya era tarde para que Wilstermann intentara algo más.
La victoria de Independiente fue rubricada por Thomas Santos a los 86 con una excelente definición de derecha, fue un golazo pisando la media luna y disparando para anidar la pelota en un ángulo, por más vuelo de Giménez.