Jugando a un altísimo nivel y con tres golazos —a cuál mejor—, Bolívar llegó a seis victorias seguidas ante un difícil Oriente en Santa Cruz (1-3), y no solo sigue ejerciendo presión en la lucha por el título, sino que ya mete miedo a los de arriba, a falta de cinco jornadas para la conclusión del campeonato de la División Profesional en las que cualquier cosa puede pasar.
La Academia va en cuarto lugar como consecuencia de todo lo que dejó pasar antes, porque si fuera por el momento que está atravesando, con un buen rendimiento colectivo e individual, tranquilamente podría ser el líder por merecimientos, por la forma en que supera a sus rivales y por la contundencia que tiene para acabarlos en la cancha.
Con 49 puntos sigue a cierta distancia detrás de Always Ready (54), The Strongest (53) e Independiente (50 con un partido menos), pero el impulso que lleva lo hace candidato al título si esos tres pestañean en algún momento.
Al toro por las astas
Con cinco triunfos seguidos antes, los celestes sabían que este sexto partido podía ser el más difícil de todos y, por ello, salieron decididos a tomar al toro por las astas, y lo lograron con un gran trabajo en todas sus líneas.
Bolívar fue el de la iniciativa para ir al frente y dominó a Oriente, lo fue rebasando en líneas y en la parte ofensiva fue el que más veces se acercó al gol: Roberto Carlos Fernández y Víctor Ábrego fueron los primeros en inquietar al golero Wilson Quiñónez; después el turno fue de Luis Gutiérrez y así fue madurando el primero.
Oriente, con un pelotazo que le llegó a Víctor Hugo Dorrego, tuvo una que la aplacó Rubén Cordano.
El 0-1 fue también el primer golazo: Fernández recibió y le pegó un zurdazo a la pelota mandándola a ras del piso, imposible para el guardameta orientista.
La jerarquía celeste
Oriente volvió del descanso con otra idea en ataque e incomodó a su rival hasta que hizo el tanto del empate. Sacó rápido un tiro de esquina y Juan Pablo Aponte tuvo la fortuna de que su disparo rebotara en Leonardo Ramos, entonces el balón se le metió a Cordano, a los 51 minutos.
Pero la jerarquía futbolística estaba del lado académico, que primero resistió los otros intentos albiverdes y luego volvió a hacer de las suyas para ganar el control del balón y también territorial.
A los 59, Ramos sacó de la galera un golazo —el mejor de la noche— pegándole a la pelota de zurda desde cerca de la media luna, incluso incomodado por un zaguero, luego de que Alex Granell había lanzado la pelota hacia ese sector.
Oriente, ya en la desesperación, buscó el empate primero con Henry Vaca y después a través de José Alfredo Castillo, pero fueron esporádicos ataques.
Lo definió, en cambio, Bruno Miranda con doble mérito suyo, porque fue armando la jugada y buscando devoluciones, la última de Erwin Saavedra, entonces se colocó y definió a los 92 poniendo el definitivo 1-3.