“No me sorprende la noticia porque nunca tuve duda de mi inocencia. Me sorprende que este estado de derecho funcione en algo. (Los acusadores) No pudieron hacer más para demostrar otra cosa”, enfatizó Alberto Lozada tras conocer este jueves la resolución del Tribunal Tercero de Sentencia de Sucre que absolvió a todos los acusados de supuesta corrupción en la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).
Lozada fue secretario ejecutivo de la FBF encabezada por Carlos Chávez hasta 2015, cuando el Ministerio Público inició de oficio una investigación en contra del Comité Ejecutivo federativo.
“Fueron seis años y dos meses que tardamos para que se diga la verdad. Acepto el fallo con toda humildad, la Fiscalía no pudo probar lo que decía. Perdono a quienes nos acusaron y usaron el instrumento del poder para ello”, agregó.
Junto con Carlos Chávez, quien entonces era presidente de la FBF, también fueron acusados: Mauricio Méndez, primer vicepresidente; Jorge Justiniano, segundo vicepresidente; Pedro Zambrano, secretario general; Pablo Salomón, presidente de la Asociación Cruceña de Fútbol; y Armando Canedo, jefe de Contabilidad de la FBF, además de Lozada. Los cargos eran por comisión de delitos de organización criminal, legitimación de ganancias ilícitas, beneficios en razón del cargo, estafa agravada y malversación.
Chávez y Lozada estuvieron en detención preventiva en el penal de Palmasola de Santa Cruz al menos durante tres años.
Chávez falleció debido a un cáncer en 2018. Méndez y Zambrano se declararon culpables y recibieron penas excarcelables de tres años.
«Carlos (Chávez) murió en el trayecto, al querer probar su inocencia. Él nunca quiso huir porque no hizo nada malo».
Las acusaciones en contra de ese puñado de dirigentes eran respaldadas por otros actores del fútbol boliviano, quienes al final no pudieron demostrar nada.
“Esto fue mal hecho desde el inicio. La Fiscalía no debió haber intervenido en una institución de derecho privado sin una denuncia interna probada de que habíamos cometido un acto irregular o contra la ley”.
Durante el proceso fueron abiertos otros juicios individuales a los hijos de Lozada por supuestamente haber cobrado cheques de la FBF, a su esposa y otro a él en Trinidad por falsificación. “Todos se cayeron. Nos hicieron daño. Mis hijos y mi esposa se fueron del país y no quieren volver. A pesar de ello no le guardo rencor a nadie”.
Justiniano: “Seis años de calvario”
Jorge Justiniano recibió la noticia en Cobija “con serenidad”, pero contó que vivió en esta etapa “seis años de calvario” y “un martirio”.
La resolución de Sucre es de primera instancia, por tanto, el Ministerio Público podrá apelar.
“Ahora estoy sereno, tranquilo, y tengo un sentimiento de satisfacción porque he trabajado por el bien del fútbol boliviano”, declaró Justiniano.
Señaló que el único patrimonio deportivo que tiene la FBF está en Cobija y es una cancha “que regalé yo, con terreno y construcción, y está valuada en 1.050.000 dólares. Está en Cobija para quien quiera verificar”.
Justiniano estuvo dos años recluido en el penal de Villa Busch, en Cobija, luego su situación jurídica cambió a detención domiciliaria y en el último tiempo pudo salir de su casa para trabajar, aunque bajo arraigo.
“Me destruyeron a mí, a mi familia y a mi economía. Dejo todo en manos de Dios y en su justicia divina. Destaco a los jueces probos que entendieron que esa acusación fue una aberración jurídica”, sostuvo.
Aseguró que no regresará a la dirigencia del fútbol.