El nerviosismo y la imprecisión fueron dos componentes que atacaron a Bolivia, un equipo que, salvo en cortos pasajes, no supo sobrellevar el peso del partido frente a la camiseta de Argentina y de sus estelares, que se impusieron con un cómodo 3 a 0.
Sucedió tanto en defensa como en ataque: había momentos en que las piernas les temblaban a los bolivianos y todo se les hacía cuesta arriba, de manera que esas ventajas las aprovecharon Lionel Messi y compañía.
Cuando la albiceleste comenzó a presionar, la Verde pretendía ser firme en su última línea, lo conseguía, pero perdía demasiado rápido la pelota. Solucionaba un problema y se metía en otro.
Lo hizo bien defendiendo con la línea de cinco integrada por Jesús Sagredo, Adrián Jusino, Luis Haquin, Jairo Quinteros y José Sagredo. Hubo un buen despliegue. Ya no, eso sí, ante la habilidad de Messi.
El medio sector poblado no ayudó mucho. Leonel Justiniano era el que más contenía. Argentina dominaba en ese sector y es donde comenzaba sus ofensivas.
Una vez quitada la pelota, porque hubo también buena cobertura, el problema mayor fue no saber salir desde el fondo y desembocar en el medio. Los rechazos eran cortos y le facilitaban a la Argentina la recuperación de la pelota.
Todo lo demás fue imposible ante un inspirado astro del PSG francés.
Messi anotó el primero después de hacerle un túnel a Haquin. Quinteros quiso ir a la cobertura, pero el delantero argentino fue mucho más rápido para definir de zurda.
Bolivia pudo salir de su atosigamiento y mostró sus mejores momentos. Tuvo tres opciones: Jesús Sagredo no pudo rematar porque la pelota le quedó incómoda y se la dio a Erwin Saavedra; Jusino no logró conectar y la defensa rival terminó despejando; y en la tercera, Henry Vaca definió arriba del arco.
En el segundo tiempo, la última línea volvió a lo de antes. Buena cobertura, pero la pérdida muy pronto de la pelota. Así no podía respirar.
En el 2-0, Messi buscó la pared y se metió a pesar de que había varios hombres de Bolivia. Disparó, Quinteros bloqueó, pero del rebote la pelota le quedó al astro, quien liquidó a Lampe.
En el tercero, Lampe atajó un remate fuerte y Messi estuvo ahí para meterla. El 10 siempre les anticipó a los bolivianos.
Antes de la goleada, Bolivia tuvo un poco más la pelota. Ramiro Vaca ayudó a tenerla más y a hacer la pausa. Pero siempre faltó profundidad. El goleador Marcelo Martins apenas cabeceó dos veces y no muy frontales.
La Verde cerró la triple jornada de septiembre con un balance negativo de un punto logrado de nueve posibles. Con 6 puntos bajó en la tabla de posiciones al penúltimo lugar. Los de adelante comienzan a escaparse.