«Quiero dar un regalo al país con un buen resultado. Una se presiona de forma positiva y espero que todo salga de buena manera».
La marchista Ángela Castro se clasificó a sus segundos Juegos Olímpicos por mérito propio y tiene el objetivo de mejorar en Tokio el histórico decimoctavo lugar conseguido hace cinco años en Río 2016, en los 20 kilómetros, y regalarle al país ese logro deportivo en su día (6 de agosto).
En el atletismo hay dos maneras de clasificarse por mérito propio: marca mínima o ranking y Ángela accedió a Tokio por la segunda modalidad gracias a que terminó entre las 60 mejores del mundo en su disciplina, en el puesto 56.
“Realmente hemos trabajado duro en estos cinco años. Este ciclo olímpico ha sido bastante extraño, pero estaba casi segura de que iba a ir porque asistí a los Juegos Bolivarianos (de Santa Marta, Colombia), los Juegos Suramericanos (Cochabamba) y los Juegos Panamericanos (Lima, Perú) con buenos resultados”, dice la marchista paceña que portará la tricolor nacional en el acto de clausura el 8 de agosto.
“Me siento muy contenta porque con todo lo que hemos pasado ha sido muy triste todo este tiempo y poder clasificar a los Juegos para mí ha sido un sueño más” hecho realidad.
Objetivo
En Río logró el mejor puesto de un boliviano en unos Juegos Olímpicos: acabó en el decimoctavo lugar; ahora apunta a mejorar ese registro y al participar en una segunda edición sabe que la responsabilidad “es más grande”.
“Siempre vamos a buscar mejorar. Queremos superar el puesto de Río y, aunque será complicado, nos estamos preparando para eso”, señala Ángela, quien posee varias medallas nacionales e internacionales, además de haber quebrado en el Mundial de Roma en 2016 el récord boliviano que poseía Geovana Irusta durante 12 años.
A diferencia de la mayoría de las competencias su prueba y la de maratón se llevarán adelante en Sapporo (a 1.200 km de la capital nipona) porque esa ciudad tiene un clima más templado, en beneficio de los atletas, ya que Tokio es más caliente.
Un día especial
Ángela entrará en el día de la patria: el 6 de agosto. Su ilusión es regalarle al país una alegría con su actuación.
“Quiero dar un regalo al país con un buen resultado. Una se presiona de forma positiva y espero que todo salga de buena manera. Estoy muy enfocada en la competencia”, recalca.
A comparación de lo ocurrido en Río, en Tokio marchará sola, ya que hace cinco años estuvo acompañada por las bolivianas Wendy Cornejo y Stéfany Coronado.
“Siempre influye estar en equipo, eso te da más fuerza y en especial en unos Juegos Olímpicos. Pero a la vez el estar sola hace que una se llene de impulso, por eso iré en representación de todos los bolivianos con fuerza”.
Junto con su entrenadora Martha Marín viajaron el domingo 18 de julio a la ciudad de Tachikawa, donde entrenarán para ambientarse al cambio de horario y ultimar detalles para su participación.
“Nos sirve estar en Japón con anticipación por el cambio de horario. Anteriormente viajé a lugares lejanos donde la diferencia de hora es bastante y ello me llegó a afectar al cuerpo en el cuarto día, por lo que es importante estar antes de mi competencia”.