Menos de dos meses después de haber sido elegido presidente de San José, Sebastián Bueno fue suspendido de su cargo por una asamblea de socios del club, reunida el lunes, que determinó someterlo a un proceso administrativo interno a cargo del Tribunal de Honor, encargado de fallar si lo mantiene en el directorio o lo expulsa.
La grave crisis institucional y económica en el club orureño no cesa. La decisión de los socios contra el dirigente es un nuevo capítulo de una novela que parece de nunca acabar.
Bueno no presidió la sesión debido a que tiene una orden de aprehensión y “está a buen recaudo”, por demandas en contra del club.
“A Sebastián Bueno se lo está suspendiendo de su cargo en función de que estableció acciones que van en contra del club San José y se le va a abrir un proceso administrativo en el Tribunal de Honor, que determinará su permanencia o alejamiento de la presidencia”, informó Ernesto Araníbar, presidente del Tribunal de Honor.
Los socios decidieron también el alejamiento de Silvio Fontana, el vicepresidente que puso su cargo a disposición, y aceptaron la dimisión de Juan Pablo Tinini, el segundo vicepresidente.
“El resto del directorio deberá tomar el control del club por prelación, sus integrantes deberán reorganizarse internamente y comunicar las determinaciones a la Federación Boliviana de Fútbol (FBF)”, agregó Araníbar.
Los socios tampoco aceptaron un informe económico que publicó Bueno sobre los 20.500 dólares y 10.689 bolivianos que gastó de su bolsillo. Según el documento, Fontana hizo llegar 4.402 dólares.
Fernando Bueno, padre del titular santo, dijo no entender a qué apunta la decisión de la asamblea en contra de su hijo y advirtió que lo único que va a ocasionar es que el club vuelva a quedar descabezado y sin posibilidades de recuperarse económicamente.