Inglaterra jamás había llegado a una final de Eurocopa y esta era su gran oportunidad para obtener su primera corona. Además, en su casa de Wembley. Sin embargo, Italia le rompió el sueño, como lo hizo con la esperanza que tenían sus millones de seguidores.
El conjunto inglés parecía un seleccionado preparado para ganar. No solo por el juego que había desarrollado en todo el campeonato sino porque actuaba en la finalísima como local.
Según los datos de la finalísima, en un Wembley casi repleto nueve de cada diez aficionados eran ingleses. Todos se fueron desilusionados.
Inglaterra empezó ganando, Italia le empató. Fueron al alargue y el 1 a 1 no se movió. Llegaron los penales y ahí la Azzurra se impuso por 3 a 2.
Los ingleses solo tienen un título grande que todavía disfrutan. En 1966 ganaron la Copa del Mundo en casa.
Más de medio siglo después, exactamente 55 años transcurridos, se clasificaron a una nueva final, esta vez de Europa, pero no tuvieron respuesta para imponerse.