Muchas de las declaraciones que hizo Armin Franulic son inolvidables. El multicampeón nacional de automovilismo falleció este sábado. Esto decía sobre su trayectoria.
El gran campeón
“Siempre salía a ganar. Nunca fui a participar para salir segundo. Siempre menciono que el segundo es el primer perdedor”.
Nadie como él
“Cuando recuerdo cómo corría antes, siento añoranza. Veo a algunos pilotos de estos tiempos y pregunto a mis amigos ‘¿así corría yo?’ Y me dicen: ‘No, eras único. No he visto a nadie correr como corrías. Eras de otro planeta’”.
¡A los 12 años!
“Cuando tenía unos 12 años, ya conducía perfectamente y lo llevaba a mi padre en una camioneta Chevrolet hasta Huancapampa, a la hacienda donde él tenía la base de operaciones de su actividad, en la zona de Palca. En mi mente –como reto personal– iba calculando los tiempos: ‘Si hoy día hice una hora diez, mañana haré una hora nueve’ y así… Es decir que desde muy chico empezó mi afán por los vehículos”.
Promesa incumplida
“Le prometí a mi mujer que iba a ser la única carrera en la que participaría. Era una promesa que no pensaba romper”.
Su primer triunfo
“Para mí fue el inicio de mi carrera. Fue una satisfacción grande haber corrido y ganado por primera vez”.
Sus rivales
“Todos eran competitivos, todos querían ganar. A todos los recuerdo con mucho cariño”.
Sus amigos, los autos
“Cuando mis autos eran nuevos, les sobaba y les decía: ‘No sabes lo que te espera’, porque a mí me gustaba correr por terrenos complicados. Después ya cuidaba mi coche porque hay que tratarlos bien, lavarlos y tenerlos impecables”.
Los Grandes Premios
“Era más sacrificado. Y a veces dormíamos en hamacas o en el suelo en esas pruebas. Pero no había algo más maravilloso que llegar a los rincones del país”.
Sus accidentes
“Tienes un vuelco, tienes que volver a subirte al auto. A mí me contaron que una vez que te accidentas o caes, tienes que volver a subirte a un auto y así lo hice”.
“Muchos sufrimos accidentes, pero siempre queremos volver, porque la velocidad la llevamos en la sangre”.
“Estaba corriendo tranquilo y salimos del terreno de tierra a asfalto, eso hizo que mi coche dé un derrape por la velocidad en la que iba y me llevé por delante a varias personas. Lamentablemente murió una muchacha. Ese es el momento más triste de mi carrera, me marcó y no quería correr más. Son cosas duras, pero decidí mirar adelante”.
Con el pueblo
“Una vez que hubo una carrera, no sé cuál era… Yo estaba en Camargo precisamente viniendo de Tarija, era primero y me tocaba partir. Y viene un hombre corriendo que me dice: ‘Por favor una foto, he viajado toda la noche y recién ha llegado el camión y queremos una foto’. La señora y sus dos hijos al lado. Y yo estaba nerviosísimo para largar, tenía menos de cinco minutos… ‘Vénganse rapidito’, a abrazarlos, qué sé yo, y sacarse la foto que él quería. Dio el tiempo exacto para que yo me ponga el casco, me abroche los cinturones y larguemos…”.
Hombre Dakar
“No corrí en el Dakar, pero estoy feliz de haberlo traído al país”.
“Yo traje a Etienne Lavigne (director del Dakar) para que hable con el presidente Evo Morales. No fue fácil, porque él no hablaba con personas particulares, solo con autoridades nacionales”.
“Fue algo grande para el país; el mundo entero conoció Bolivia. A mí me decían que era un gasto, yo les decía que más bien era una inversión porque el Dakar dejó millones de dólares en Bolivia”.