¡Cuánto extrañó la selección a su líder y capitán Marcelo Martins! Quedó comprobado que, sin él, el equipo pierde incluso el espíritu de lucha.
La selección boliviana estuvo apagada en la noche de Goiania frente a Paraguay. Faltó alguien que animara a los jugadores a mirar al frente, a confiar en que se puede incluso en la adversidad.
El goleador histórico de la Verde es baja por haber dado positivo a la COVID-19 y, según el reglamento, deberá estar en total 10 días aislado a la espera de otra prueba PCR que dé negativo. Por tanto, tampoco estará el viernes contra Chile en la segunda jornada del Grupo A.
Se notó su ausencia. Futbolísticamente faltó su presencia para contener arriba. De paso, no hubo alguien que hiciera su otra labor, la de bajar a defender.
Ni Gilbert Álvarez ni el debutante en la selección absoluta Jaume Cuéllar, pudieron cumplir al menos una parte de lo que Martins suele hacer en la cancha.
A ello se sumó que la propuesta del equipo fue tratar de aplicarse más en la acción defensiva que en generar ataque y Paraguay aprovechó esa “invitación” para atacar a placer hasta conseguir esa diferencia que pudo ser mayor.
Erwin Saavedra tuvo pasajes interesantes, pero terminó superado por la marca. En el medio no tuvo una compañía para salir jugando, pues Leonel Justiniano y Boris Céspedes estuvieron ocupados conteniendo.
Diego Bejarano y Jorge Flores se proyectaron en pocas ocasiones, en una de ellas llegó el gol boliviano. Después retrocedieron líneas para ayudar a la línea de tres zagueros formada por Jairo Quinteros, Adrián Jusino y José Sagredo.
Rubén Cordano debutó en un partido oficial de la selección mayor y le ganó el nerviosismo, con errores en salida y cobertura. Aunque también tuvo buenas intervenciones.