Era 12 de diciembre de 2020. Marcelo Claure por fin hacía el anuncio tan esperado por los hinchas de la Academia: “Bienvenido José Ignacio ‘Natxo’ González. Natxo trae experiencia en primera división de Europa tras dirigir clubes de larga tradición como Deportivo La Coruña, Alavés, Zaragoza y Tondela. Es un DT con gran rigor táctico e iniciativa que nos dará grandes logros y alegrías”, había escrito en Twitter.
Apenas 162 días después, González reunió al plantel este sábado 22 de mayo y les anunció a los jugadores su salida. Lo hará luego del partido con Arsenal en Argentina. Desde el día que fue anunciado, hasta el jueves 27 del quinto mes de 2021, cuando mande a la cancha a su última alineación celeste, habrán pasado solo 167 días. El contrato firmado era por tres años. No cumplirá ni la sexta parte.
Ya se sabe que Marcelo Claure, por más proyectos que anuncie, no se distingue por su paciencia. Acaba de mandar a la guillotina al vigésimo entrenador desde 2008, año en que comenzó la ‘era BAISA SRL’ bajo su mando.
Mal en el vestuario
Algo más de la mitad del vestuario no lo quería a Natxo, un hombre serio y, según versiones desde adentro, incapaz de generar la mejor convivencia con el plantel sino todo lo contrario. Los choques no tardaron en aparecer.
Su mano empezó a notarse rápido y no precisamente dentro de la cancha. De comienzo le importó poco dar por terminadas con algunas costumbres y tradiciones de los jugadores.
“Aquí no hay más asados” fue su palabra. No solo eso. Serio como es, prohibió hasta las bromas, habituales en los jugadores en las prácticas.
Su forma de ser a partir de pequeños detalles empezó a caer mal a una parte del grupo de futbolistas. Todos los jugadores debían cumplir a rajatabla sus normas. Incluso no permitía que hubiera integrantes de la delegación que, tras aterrizar en el aeropuerto de El Alto, tomaran otro vehículo para dirigirse a su domicilio. Todos tenían que ir en el bus hasta desembarcar en Tembladerani.
Un día pasó algo fuerte que una parte de los jugadores decidió no aceptar: su decisión de nombrar primer capitán al español Alex Granell. El vestuario se paró y mostró su desacuerdo. Quedaron en que el plantel designara a dos y él a otros dos. Erwin Saavedra y Diego Bejarano tuvieron el respaldo del grupo. Desde entonces, salvo en contados partidos, el mediocampista llevó el cintillo.
No faltaron los roces. Tuvo uno en Montero con Luis Gutiérrez, el día que el jugador entró a la cancha en reemplazo del uruguayo Luis Felipe Carvalho por la lesión de éste. Guabirá se impuso a Bolívar por 3 a 1.
El más reciente lío fue con Leonel Justiniano: el miércoles 5 de mayo, cuando anunció la alineación del partido contra Ceará en el Hernando Siles, todo el mundo comenzó a preguntarse por qué el mediocampista no era titular. Fue un castigo que le puso el DT por no haber acudido a una sesión previa de hielo. Lo puso recién a los 84 minutos. La Academia cedió dos puntos por un empate sin goles ante el brasileño, que ese día presentó un equipo alterno.
“Si alguno de los chicos hablara, con seguridad diría que el técnico los miraba de arriba”, asegura una fuente.
Vestuario dividido y malos resultados
En las redes sociales, los bolivaristas no tardaron en ponerse en contra del trabajo del DT español.
Eso y un vestuario dividido, con gente que lo apoyaba y otra que no, complicó la vida de González en la Academia. Sobre todo, los europeos estaban con él.
Claure trató de defenderlo públicamente, pero también fue perdiendo la paciencia por los resultados. El empresario dejó pasar la eliminación de la Copa Libertadores, pero su cabeza comenzó a humear por lo ocurrido en la Sudamericana.
Bolívar era el favorito del Grupo C para seguir en carrera. Bastaba con mirar el ranking de la Conmebol. El mejor boliviano ubicado, en la posición 29, tenía al frente al Ceará de Brasil (262), el Arsenal de Argentina (65) y al nacional Wilstermann (38). Salvo al de Sarandí, jugando en La Paz, no les pudo ganar a los demás.
Los empates con Ceará y precisamente Wilster, ambos en La Paz, fueron el principio del fin. No ganar en Brasil fue su acabose. Irá a Buenos Aires con casi ninguna chance.
Sus números
Natxo debutó el 17 de diciembre, cinco días después de haber sido anunciado como nuevo DT celeste.
Todavía estaba en disputa la temporada 2020, en la que sumó cuatro victorias, un empate y sufrió dos derrotas. La Academia quedó en el tercer lugar de la tabla, detrás del campeón Always Ready y del subcampeón The Strongest.
En 2021 afrontó tres competiciones. En el torneo local le fue bien al ganar cinco compromisos, igualar uno y perder el restante. Cumplidas las primeras siete jornadas, Bolívar tiene los mismos puntos que The Strongest y Nacional Potosí, todos en el primer lugar con 16.
En la Libertadores, bajo su mando la Academia jugó desde la segunda fase, obteniendo dos victorias contra dos derrotas. No pudo clasificarse a la ronda de grupos, pero saltó a la Sudamericana, en la que solo consiguió un triunfo, empató tres veces y sufrió una derrota, quedando la última fecha por jugar.
El vigésimo que se va
González es el vigésimo técnico de Bolívar desde que comenzó la ‘era BAISA SRL’ con Claure al frente. El español, de paso, es uno de los que menos ha durado.
Todo comenzó con 2008 cuando se hizo cargo el boliviano Ramiro Blacut, reemplazado poco después por el argentino Jorge Habegger. Luego llegó el colombiano Juan José Peláez.
Con Gustavo Quinteros, la Academia obtuvo el título, pero Claure lo echó igual y trajo al también colombiano Santiago Escobar.
Néstor Clausen pasó sin pena ni gloria. Ángel Guillermo Hoyos fue campeón. Igual que Miguel Ángel Portugal, el español que inició la llegada de europeos.
Vladimir Soria dirigió poco, antes de que Xabier Azkargorta cumple una buena campaña con títulos y llegando a semifinales de la Libertadores.
Rodó rápido la cabeza de Eduardo Villegas, de Rubén Insúa, hubo un corto paso de Oscar Villegas y también aterrizó el español Beñat San José, otro que dio la vuelta olímpica.
Los hinchas no se quieren ni acordar de la gestión del brasileño Vinicius Eutropio ni del uruguayo Alfredo Arias.
César Vigevani calmó las aguas, que se volvieron a mover fuerte con Claudio Vivas, el interino Wálter Flores y ahora Natxo González.
Que pase el siguiente.