Bolívar se clasificó a la tercera fase de la Copa Libertadores de América con una goleada sobre el uruguayo Montevideo Wanderers por 5 a 0, resultado acompañado de una buena producción futbolística, la noche de este martes en el estadio Hernando Siles de La Paz.
Muy superior a su rival, el equipo celeste remontó con facilidad el 1 a 0 con el que había perdido en la ida, con dos goles en la primera etapa, que ya le daban el pase, y los tres restantes en la segunda, aunque pudieron ser más. El golero Mauro Silveira fue la figura de la visita tapando varias pelotas con sello de gol, incluso en la recta final en la que jugó lesionado.
Se juntaron al menos un par de cosas a favor de la Academia: por una parte, un buen juego colectivo, que se fue consolidando a medida que transcurrían los minutos; por otra, las limitaciones de su rival, que de paso actuó todo el segundo periodo con un jugador menos por expulsión.
En la siguiente fase, Bolívar enfrentará al vencedor de la llave entre Junior y Caracas, en la que la ventaja la lleva el conjunto colombiano por haber ganado como visitante en Venezuela (1-2). La revancha se disputará este miércoles en Barranquilla.
Un buen amanecer
Bolívar halló temprano el primer gol que igualaba la serie, fue a los 5 minutos. La jugada, un lanzamiento al área, partió en Alex Granell, marcó mal la zaga de Wanderers y, bien habilitado, Leonardo Ramos alcanzó a cachetear mandando la pelota al fondo del arco.
Tener tremenda tranquilidad desde entonces llevó a la Academia a un dominio total y paciente. Se puso a tocar la pelota —a ratos hasta de manera aburrida— buscando algún espacio en la doble línea defensiva del cuadro uruguayo, que decidió no salir sino defender lo que, hasta ese momento, aún mandaba a una definición a través de los penales.
Wanderers se animó una vez: quitó la pelota en el medio y Renzo López mandó un balonazo que desvió el golero Javier Rojas de manera espectacular. Fue lo único que hizo en ataque la visita en ese periodo.
Todo lo demás fue de la Academia, sin salirse de su libreto, haciendo circular la pelota. Era claro que algún rato podía tener más chances.
Empezó a ocurrir después de la media hora: Bruno Miranda tuvo su primera opción y el golero Mauro Silveira comenzó a ser figura.
El guardameta también le tapó un tiro a Roberto Carlos Fernández, pero el gol —el segundo— se caída de maduro.
Llegó de un pelotazo de Diego Bejarano para la escapada de Saavedra, cuyo centro atrás encontró a Ramos, su tiro a quemarropa lo salvó Silveira, pero el golero, aunque se lanzó para bloquear a Miranda, ya no pudo impedir que la pelota se metiera en su arco, a los 39.
El primer objetivo de Bolívar ya estaba cumplido, había hecho los goles necesarios para empezar a acariciar la clasificación.
Encima, la etapa se cerró con otro detalle a su favor, la expulsión, por agresión, de Diego Hernández, quien dejó a Wanderers con uno menos para la segunda mitad.
La merecida goleada
Wanderers ya era una presa fácil. Con diez hombres salir para ir a buscar el gol que necesitaba hubiera sido un suicidio. Algún rato lo intentó.
Pero Bolívar estaba sólido. Volcó todo de mitad de cancha para atrás. En el medio manejó la pelota a su antojo y tuvo esa ambición que ningún equipo debe perder si se le da la oportunidad de rematar.
Apabulló de a poco a su rival. El tercer tanto, a los 52 minutos, llegó tras un servicio de córner lanzado por Granell para un impecable cabezazo de Ramos.
Wanderers no tenía con qué contener. Sufría cada que Bolívar se le venía encima y eso era seguido.
El cuarto, a los 57, fue una muy buena jugada iniciada por el cambio de frente que hizo Miranda para la entrada, por derecha, de Diego Bejarano, cuyo envenenado ocasionó que Damián Malacuso, en su intención de rechazar, metiera la pelota en su propio arco.
Se lesionó Silveira a los 59 por quitarle una pelota a Miranda. Se quedó en la cancha porque Wanderers no llevó al Siles a un arquero suplente. Y aún en esas condiciones tapó al menos un par de pelotas más.
El quinto de Bolívar, que había hecho varios cambios, lo anotó Víctor Ábrego en probable posición adelantada, a los 94 minutos, y el 5 a 0 se ajustó, un poco más, a la gran diferencia que hubo entre uno y otro.