Retirado de la dirigencia deportiva y jubilado de su profesión de Ingeniero en Telecomunicaciones, Guido Loayza dedica la mayor parte de su tiempo a su familia y a otras actividades que no podía realizar por su dedicación a Bolívar.
Disfruta de la compañía de su nieto, Lazlo Guido, a quien ya le enseña a conocer las piezas del ajedrez, una de las disciplinas que lo atrapa en este tiempo.
También encara otros proyectos, uno próximo es digitalizar tres libros, dos de fútbol y uno del trabajo que hizo como Superintendente de Telecomunicaciones.
– ¿Cómo es el día a día de Guido Loayza?
– Haciendo cosas que no podía hacer antes, por ejemplo, juego tenis y ajedrez. También otras actividades que me gustan y no pude hacerlas porque estaba metido en mi profesión y en Bolívar. Ahora ya jubilado hago consultorías referidas a mi profesión. Estoy lejos del fútbol, tengo tiempo para mis cosas y me siento bien.
– ¿Está desarrollando algún proyecto?
– Siempre uno está en eso, no sé cómo lo presentaré, pero lo importante es que estoy en actividad y me siento bien. Lo que siempre me ha gustado es la transformación desde que entré al primer trabajo, así fue en cuando trabajé por Bolivia, en la Alcaldía, en Argentina, por hacer ciudad a La Paz y por Bolívar.
– ¿Alguna vez no pudo cambiar algo?
– Cuando no podía hacer cosas me iba del lugar porque no estoy para calentar el asiento. Recuerdo un hecho cuando era Senador y renuncié, me dijeron que desde 1926 no se registraba una renuncia, pero me fui porque no estaba cómodo y listo.
Estoy haciendo cosas, no puedo dejar de hacer, no sé qué voy a transformar ahora.
– ¿Se puede saber que está pensado hacer?
– No, no, es mío.
– Disfrutando de la familia…
– Estar con mi nieto es una actividad hermosa que la vivo intensamente, le enseño y comparto con él, me siento tan bien cuando hablamos. Es una cosa realmente cautivamente lo que un niño puede darle a uno, y uno devuelve enseñándole algo.
– ¿Sigue o realiza actividad deportiva?
– Juego mucho ajedrez que no podía hacerlo antes, hay páginas en línea con miles de ajedrecistas y juegas con tiempos. Volví a mi época de universitario y ahora que juego en línea he levantado mi nivel, he subido en mi ranking. A los cinco o seis años aprendí a jugar.
En Argentina salía de universidad y me iba a un café a ver un poco de ajedrez, recuerdo a referentes de ese país que quedaron apenas detrás de los grandes maestros soviéticos.
En la Avenida Corrientes de Buenos Aires he seguido varias partidas del estadounidense Bobby Fischer acompañado de gente con la que comentaba los movimientos y la pasaba bárbaro horas y horas.
– ¿Tiene un podio de sus preferencias en el deporte?
– El fútbol siempre estará primero, luego el ajedrez y después el tenis’.
He jugado hasta que el fútbol me dejó, el tenis aprendí de mayor y por ahí aprendí mal; y el ajedrez juego desde niño, a veces juego hasta las 05.00. Parece un juego aburrido, pero es una ebullición total del cerebro.
Me gusta todos los deportes como el rugby, fútbol americano y el polo que lo he visto mucho. También el boxeo, recuerdo las peleas de lujo de Muhammad Alí y Sonny Liston, las veladas con protagonismo de los argentinos Pacualito Pérez, Nicolino Locche, Carlos Monzón y su triunfo sobre el italiano Nino Benvenuti. Era una alegría grande.
– Algún rato nos contó que escribe…
– Sí, algunas cosas. Ahora estoy trabajando en el plan de presentar en formato digital mis libros ‘El Salto al Futuro’, ‘Bolívar del renacimiento al centenario’ y el libro del trabajo que realicé en mi labor como Superintendente de Telecomunicaciones. En mi gestión se abrió ese mercado en el país, fue lo más importante que hice en mi vida.
Será un privilegio llevar a formato digital esas producciones porque yo nací en medio de libros, para mí es sagrado e importante eso. Pueden ser textos de consulta no solo para quienes les interesa el fútbol, sino también lo que sucedió con la telefonía y frecuencias en el país.