El partido estaba para cualquiera: así como lo podía ganar Bolívar, también Always Ready. Ambos tuvieron sus buenas oportunidades. A la larga, fue una «final adelantada» que uno y otro desaprovecharon al igualar sin goles (0-0), dejando abierta la definición del título hasta la última fecha.
Cuando los dos regresaron a la cancha luego del descanso ya sabían que el ganador iba a poner un pie y medio en el podio de campeón, sencillamente porque los otros candidatos, The Strongest y Royal Pari, habían tropezado. La chance, entonces, era inmejorable, incluso con la posibilidad de liquidar todo en la penúltima jornada del martes y no esperar hasta la última del jueves.
Pero la pelota estaba destinada solo a merodear los arcos, en ningún caso a meterse en alguno de ellos. Bastan dos ejemplos: tuvo el gol Always mediante un penal, que disparó Samuel Galindo y tapó Javier Rojas; al otro lado, Marcos Riquelme, que no suele fallar, vio cómo el balón se le escurría entre las piernas cuando solo tenía que empujarlo adentro.
Bolívar conserva el primer puesto, ahora con 46 puntos y sigue dependiendo de sí mismo para ser campeón. Always está segundo (45), The Strongest marcha tercero (44) y Royal Pari continúa cuarto (43). Entre los cuatro todavía van a luchar hasta el final, unos con más chance que otros.
Los arqueros, figuras
Todo el partido fue de ida y vuelta. Ninguno puede decir que lo dominó o que tuvo más chances que el otro. Se las repartieron. Varias las erraron y en otras los arqueros estuvieron muy bien. Javier Rojas en Bolívar y Carlos Lampe en Always, fueron las figuras.
El golero celeste se tiró bien a su derecha para atajar el disparo de Galindo a los 16 minutos. Evitó el 1 a 0.
El de la banda roja, por su parte, salió más de una vez de manera oportuna, por ejemplo, ante Riquelme.
Rojas reaccionó magníficamente ante un tiro libre de Fernando Saucedo y mejor aún cuando Sergio Adrián disparó a quemarropa, así le impidió el gol.
Siempre estuvo cerca
También cuando volvieron del descanso tuvieron sus chances. Un poco más clara alguna de Bolívar y de nuevo de su máximo goleador, pero otra vez el guardameta de la selección sacó el balonazo.
El árbitro estuvo mal. Ivo Méndez no cobró, entre otras cosas, un claro penal por falta de Nelson Cabrera a Riquelme. Si lo hacía por ahí tampoco había gol. Es que de ambos lados lo buscaron siempre y no tuvieron la fortuna de abrir la cuenta.
La más increíble fue la última: la jugada la empezó Diego Bejarano por la derecha, la pelota la tomó Arce dentro del área y con sus movimientos y su pase, se la dejó servida a Riquelme. ¿Gol? No, increíble, pero no. Al delantero se le pasó por entre medio de las piernas y no pudo hacer lo que parecía lo más sencillo del mundo.
Empataron bien. No hubiera sido justo que alguno perdiera. A pesar de lo que ambos querían.